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4 razones por las que los ex fiscales federales son excelentes abogados defensores

Ex fiscales federales

Aunque parece intuitivo que ser ex fiscal es una ventaja para un abogado defensor, a menudo se subestiman las ventajas que ofrece esa experiencia. Obviamente, los ex fiscales federales saben cómo identificar y explotar los puntos débiles en el caso de un fiscal. Algunos irían tan lejos como para decir que los ex fiscales federales son los mejores abogados defensores penales federales.

Los antiguos fiscales tienen un conocimiento personal de cómo y por qué los casos anteriores salieron mal y de cómo podrían haber reparado esos defectos. Sin embargo, las ventajas de la experiencia previa en la acusación van mucho más allá de la simple identificación de los puntos débiles del caso. A continuación se presentan razones adicionales por las que un abogado defensor con experiencia en la acusación, especialmente cuando se trata de casos federales, disfruta de serias ventajas sobre los abogados sin dicha experiencia.

1. Reputación

En primer lugar, la comunidad jurídica es un pueblo. Aunque las relaciones no equivalen a mejores resultados, las amistades y la confianza adquiridas al trabajar con un fiscal como colega dentro de la misma oficina no se evaporan porque un fiscal adjunto de los Estados Unidos se convierta en abogado defensor. La confianza es muy importante cuando se trata de defender o negociar. Además, los ex fiscales tienen una comprensión definitiva de las presiones que vienen con una carga de casos de enjuiciamiento. Esta comprensión trae consigo una cierta manera de comunicarse y relacionarse con los fiscales cuando están en el otro lado. No es infrecuente que los ex fiscales se relacionen mucho mejor con los fiscales actuales, aunque sean de una jurisdicción o distrito diferentes.

2. Conocimientos jurídicos

En segundo lugar, los antiguos fiscales federales han aprendido una enorme cantidad de leyes. Uno de los principales beneficios de ser fiscal es que aprendes los requisitos legales necesarios para probar muchos delitos diferentes. Dado que los fiscales tienen la carga de la prueba, se les enseña que debe probarse hasta el último elemento (o requisito). Obviamente, el fiscal asume la responsabilidad y es el único que tiene la sartén por el mango si algo sale mal. Esta presión acumula un vasto caudal de conocimientos de forma rápida.

Además, los fiscales están mucho más expuestos a los tribunales que sus homólogos de la defensa porque tienen un mayor número de casos. Una vez más, el hecho de pasar mucho tiempo ante los tribunales aporta una gran cantidad de experiencia en un corto período de tiempo. Por ejemplo, no es raro que un fiscal haga varias comparecencias ante el tribunal cada semana. Muchas de esas apariciones se refieren a mociones de supresión impugnadas, audiencias de sentencia impugnadas y juicios. Toda esta experiencia convierte incluso al más novato de los abogados en un profesional de piel gruesa que se ha enfrentado a muchos ataques diferentes. Por lo tanto, cuando un fiscal deja su oficina para entrar en la práctica privada que la persona tiene mucha más experiencia en los tribunales y la exposición a un mayor grupo de acusaciones penales.

Esto es aún más importante en los tribunales federales. Los fiscales federales no sólo se enfrentan a muchos escenarios controvertidos, sino también a las numerosas diferencias de matiz que conllevan los tribunales federales. La formalidad y los requisitos de redacción de la práctica federal son sustanciales. Además, los delitos federales son a menudo más intensivos en pruebas. Estas diferencias dan a los antiguos fiscales federales una clara ventaja a la hora de representar a alguien ante un tribunal federal.

3. Experiencia en la dirección de investigaciones

En tercer lugar, los antiguos fiscales han montado casos penales. A diferencia de los casos estatales, los fiscales federales se implican mucho en la investigación de los delitos. El término "enjuiciamiento vertical" se utiliza a menudo en el sistema federal. Esto se refiere al hecho de que un fiscal federal va a trabajar en estrecha colaboración con los agentes federales y a dirigir investigaciones a largo plazo sobre actividades delictivas. Esto incluye reuniones periódicas con las fuerzas de seguridad, asistencia en la preparación de órdenes judiciales, decidir qué delitos perseguir y a quién perseguir.

Los casos federales a menudo implican una amplia investigación antes de la detención o acusación. En la mayoría de los casos, los casos federales son de investigación y no de reacción. Los casos reactivos, como el robo o el allanamiento de morada, en los que la aplicación de la ley busca hacer casos y arrestos rápidamente, son diferentes de los casos de empresa y conspiración, que normalmente se desarrollan con pasos de investigación largos y graduales. Los casos federales ofrecen enormes oportunidades a los abogados defensores para negociar con los fiscales y dar forma a la narrativa de un caso. (No todos los casos federales son de investigación. El robo de bancos y el reingreso ilegal, por ejemplo, suelen ser reactivos).

La fase previa a la acusación de un caso es a menudo la mejor oportunidad para tratar de elaborar un caso con una acusación mucho menor, o incluso convencer a los fiscales para que eviten la acusación por completo. No hay que subestimar este punto. Los programas de televisión insinúan que los fuegos artificiales y la fogosidad producen los mejores resultados. Sin embargo, en el sistema federal, es muchas veces más ventajoso hacer argumentos lógicos en el extremo delantero que proporcionan resultados mucho mejores. Combinar esta comprensión con la ventaja relacional de haber estado en las trincheras es un beneficio sustancial para los antiguos fiscales.

4. Insight

En cuarto lugar, los antiguos fiscales saben cómo piensan los fiscales. Saben cómo intentan sortear los problemas de prueba y qué argumentos atenuantes caerán en saco roto. Esto se debe a que han escuchado las excusas obvias y rutinarias que muchos abogados defensores adoptan. Cuando se trata de establecer la inocencia de un cliente, o al menos, de intentar establecer que existen dudas significativas en las pruebas del Gobierno, los antiguos fiscales saben lo que sus homólogos actuales harán para intentar apuntalar los puntos débiles. Esto empuja a los abogados defensores familiarizados con la mentalidad del fiscal a no dormirse simplemente en los laureles de un hecho de defensa aparentemente fuerte. En cambio, un ex fiscal sabrá cómo el Gobierno tratará de escabullirse de la cuestión y tratar de apuntalar la defensa ellos mismos. Esto a menudo empuja a los abogados defensores que han sido fiscales a intentar presentar argumentos y hechos que sean novedosos y menos, a falta de una palabra mejor, "excusables". A menudo se ven impulsados a presentar a sus clientes como responsables, lógicos y, en su caso, arrepentidos. En esencia, los ex fiscales tienen la "voz interior del fiscal" todavía dentro de ellos. Esta percepción les ayuda a elaborar los argumentos más eficaces.

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  • Discutir las cuestiones jurídicas implicadas, incluidas las consecuencias directas y colaterales de la acusación.
  • Discutir las defensas que se aplican a su plan y, en términos generales, discutir nuestro enfoque de su caso.

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