El Tribunal Supremo dictamina que un condenado a muerte de Texas puede impugnar la ley de pruebas de ADN
Gutiérrez contra Sáenz
El 26 de junio de 2025, el Tribunal Supremo de EE.UU. dictó una importante sentencia en el caso Gutiérrez contra Sáenz, en la que se sostiene que un condenado a muerte de Texas está legitimado para impugnar los procedimientos restrictivos de las pruebas de ADN del Estado en virtud de la Cláusula del Debido Proceso. Esta decisión del 6-3 tiene importantes consecuencias para los presos que solicitan pruebas de ADN después de la condena y pone de relieve las tensiones existentes entre las normas procesales estatales y los derechos constitucionales federales.
Antecedentes: El delito y la condena
Rubén Gutiérrez fue condenado por asesinato capital en 1998 por su implicación en el asesinato de Escolástica Harrison, que murió apuñalada en su casa móvil. La teoría del Estado en el juicio fue que Gutiérrez empuñó uno de los dos destornilladores utilizados en el apuñalamiento. El jurado lo declaró culpable y lo condenó a muerte.
Gutiérrez ha mantenido sistemáticamente que la policía coaccionó su confesión de que estuvo dentro de la casa de Harrison, afirmando que nunca entró en ella y que sólo pensó que sus cómplices robarían una casa móvil vacía sin hacer daño a nadie. Su argumento central es que no debería haber sido condenado a muerte porque no "causó realmente" la muerte de Harrison, no tuvo "intención de matarla" ni "previó que se quitaría una vida humana", todos ellos requisitos para una condena a muerte según la ley de Texas.
La larga lucha por las pruebas de ADN
Durante casi 15 años, Gutiérrez ha buscado pruebas de ADN de las pruebas de la escena del crimen, como raspaduras de uñas de Harrison, un pelo suelto y varias muestras de sangre, para demostrar que él no estaba en la casa. Estas pruebas, argumenta, demostrarían su inelegibilidad para la pena de muerte, incluso si sigue siendo culpable de asesinato capital como parte en el robo.
El artículo 64 de Texas (también conocido como capítulo 64) permite realizar pruebas de ADN si un condenado demuestra por "preponderancia de la prueba" que "no habría sido condenado si se hubieran obtenido resultados exculpatorios". Sin embargo, los tribunales de Texas denegaron reiteradamente las solicitudes de Gutiérrez para que se le practicaran pruebas de ADN:
- 2010: El TCCA razonó que incluso si su ADN no se encontró, no establecería su inocencia de asesinato capital porque todavía podría ser parte en el robo que resultó en la muerte.
- 2019: Los tribunales volvieron a denegar su moción, y el TCCA reiteró que las pruebas de ADN no estaban disponibles únicamente para demostrar la inelegibilidad de la pena de muerte.
La demanda federal y el camino al Tribunal Supremo
Gutiérrez presentó entonces una demanda federal bajo 42 U.S.C. §1983El Tribunal de Distrito estuvo de acuerdo en parte, al considerar fundamentalmente injusto que Texas otorgue el derecho a impugnar la condena a muerte mediante peticiones de hábeas corpus, pero impida la obtención de pruebas de ADN en apoyo de esas peticiones a menos que se demuestre la inocencia del condenado. El Tribunal de Distrito estuvo de acuerdo en parte, al considerar fundamentalmente injusto que Texas otorgue el derecho a impugnar una sentencia de muerte mediante peticiones de hábeas corpus, pero impida la obtención de pruebas de ADN para apoyar esas peticiones a menos que se demuestre la inocencia del delito subyacente.
El Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito anuló esta sentencia, sosteniendo que Gutiérrez carecía de legitimación activa porque el perjuicio que alegaba no era "reparable". El tribunal de apelaciones razonó que, incluso si Gutiérrez ganaba su recurso de inconstitucionalidad, era poco probable que el fiscal permitiera la realización de las pruebas, dadas las sentencias anteriores del tribunal estatal.
La decisión del Tribunal Supremo
El Tribunal Supremo, en una decisión de 6-3, revocó el Quinto Circuito, sosteniendo que Gutiérrez tiene legitimación. El Tribunal consideró el caso indistinguible de Reed v. Goertz (2023), otro desafío a la ley de pruebas de ADN de Texas.
La jueza Sonia Sotomayor, que escribió para la mayoría, subrayó que la legitimación no depende de si una decisión favorable dará lugar en última instancia a que el fiscal entregue las pruebas, o si el fiscal puede encontrar otra razón para denegar la solicitud. El Tribunal rechazó lo que denominó un intento de "fabricar la impugnación", afirmando que "actuar de otro modo permitiría a todo tipo de acusados fabricar la impugnación".
Principios jurídicos fundamentales
La sentencia Gutiérrez contra Sáenz refuerza varios principios importantes:
- Intereses de libertad en los procedimientos posteriores a la condena: La sentencia reafirma que los individuos condenados en un tribunal estatal tienen un "interés de libertad en demostrar [su] inocencia con nuevas pruebas bajo la ley estatal."
- Reparabilidad en el análisis de la legitimación: Un fallo a favor de Gutiérrez proporcionaría un remedio a su perjuicio "al eliminar la barrera supuestamente inconstitucional" que las leyes de Texas sobre pruebas de ADN "erigieron entre Gutiérrez y la prueba solicitada."
- Competencia de los tribunales federales: La decisión aclara que los tribunales federales pueden revisar las impugnaciones de los procedimientos estatales de pruebas de ADN cuando dichos procedimientos puedan restringir inconstitucionalmente el acceso a las pruebas.
Opiniones discrepantes
La disidencia del juez Alito argumenta que el fallo "altera descaradamente" la prueba Reed y "enturbia las aguas de la doctrina de la legitimación." El disidente expresa su preocupación por los "retrasos de décadas" en los casos de pena capital y el "importante interés" de Texas en la finalidad.
El juez Thomas ofreció una crítica más fundamental, argumentando que el Tribunal "no tiene por qué intervenir en este caso" porque "la demanda de Gutiérrez se basa en un 'interés de libertad' inexistente", ya que la Cláusula del Debido Proceso, tal como se entendía originalmente, protege la libertad frente a la restricción física y los derechos naturales, no "derechos a beneficios gubernamentales" como los procedimientos posteriores a la condena creados por el Estado.
Implicaciones para Texas y más allá
El acceso a los tribunales para presentar una reclamación de garantías procesales en virtud de la Decimocuarta Enmienda no exige que los demandantes demuestren cierto éxito con respecto a la conservación de sus intereses protegidos subyacentes. Esto se debe a que las personas condenadas en un tribunal estatal poseen un "interés de libertad en demostrar [su] inocencia con nuevas pruebas en virtud de la ley estatal", lo que significa que un derecho creado por el Estado a los procedimientos posteriores a la condena puede "engendrar aún otros derechos a los procedimientos esenciales para la realización del derecho de los padres".
En el caso Gutiérrez contra Sáenz, el Tribunal Supremo afirmó que la investigación de la reparabilidad para la legitimación en una demanda de este tipo no implica "una conjetura sobre si una decisión judicial favorable provocará en última instancia que el fiscal entregue las pruebas". Más bien, una sentencia declaratoria que elimine una "barrera supuestamente inconstitucional" entre el individuo y la prueba solicitada es suficiente para reparar el perjuicio.
El Tribunal hizo hincapié en que una reclamación de garantías procesales "no se anula por la promesa del demandado a mitad de la apelación de que, independientemente del resultado de una demanda, el resultado final no cambiará", ya que permitir tal argumento permitiría a los demandados "fabricar la anulación". Este enfoque pone de relieve que el debido proceso procesal se refiere fundamentalmente al derecho a un procedimiento justo y al acceso a los mecanismos destinados a proporcionar reparación, y por lo tanto, los tribunales deben prestar mucha atención a la naturaleza del derecho constitucional alegado en los casos de la Sección 1983, que en Gutiérrez se refería a la denegación de acceso a las pruebas de ADN solicitadas.
La sentencia del caso Gutiérrez contra Sáenz tiene importantes implicaciones para la justicia penal en Texas y, potencialmente, en todo el país:
- Mayor acceso a los tribunales federales: Para los reclusos de Texas, la sentencia ofrece una vía clara para impugnar las leyes estatales sobre pruebas de ADN ante los tribunales federales si consideran que dichas leyes restringen inconstitucionalmente su acceso a las pruebas.
- Carga para los fiscales del Estado: Significa que los fiscales no pueden simplemente negar la legitimación declarando que no cumplirán una sentencia judicial favorable.
- Posibilidad de más litigios: Esto podría dar lugar a más litigios federales §1983 que impugnen los aspectos procesales del estatuto de Texas sobre las pruebas de ADN posteriores a la condena.
¿Qué ocurre después?
La decisión del Tribunal Supremo no garantiza que Gutiérrez vaya a someterse a las pruebas de ADN. Más bien, garantiza que su impugnación constitucional de los procedimientos de pruebas de ADN de Texas pueda proceder ante un tribunal federal. El caso vuelve ahora a los tribunales inferiores, donde se examinarán los méritos de la reclamación de Gutiérrez sobre el debido proceso.
Para el propio Gutiérrez, que lleva más de 25 años en el corredor de la muerte, esto representa una victoria significativa pero progresiva. Shawn Nolan, abogado de Gutiérrez, hizo esta declaración: "Hoy, Rubén Gutiérrez está un paso más cerca de demostrar que fue condenado a muerte injustamente".
Contexto más amplio
El caso Gutiérrez contra Sáenz pone de relieve el debate en curso sobre el equilibrio adecuado entre la finalidad de los procedimientos penales y la garantía de que las personas potencialmente inocentes -o condenadas injustamente a muerte- tengan oportunidades significativas de probar sus alegaciones. También subraya la compleja interacción entre los procedimientos penales estatales y los derechos constitucionales federales.
A medida que la tecnología del ADN sigue avanzando y desempeñando un papel crucial en la justicia penal, es probable que casos como el de Gutiérrez contra Sáenz sigan determinando la forma en que los tribunales equilibran los intereses contrapuestos de la finalidad, el federalismo y la equidad fundamental en el sistema jurídico estadounidense.
La decisión sirve de recordatorio de que los obstáculos procesales no deben convertirse en barreras infranqueables para la justicia, especialmente en los casos de pena capital, en los que lo que está en juego no podría ser mayor.